Charyapada: Prosas no tan profanas 2.
Seguimos con la serie particular de nuestro co-director, Subhro Bandopadhyay, en la que nos explica, en palabras poéticas, su visión acerca de las lenguas modernas de la India.
En esta ocasión nos acerca a los orígenes de la lengua bengalí, explorando los meandros en los que se bifurca el río del sánscrito en su camino hacia las lenguas 'vernáculas'. Los 'prácritos', las lenguas prácritas, son como el fecundo Delta del Ganges en el golfo de Bengala. En uno de sus arrollos, hacia el siglo X, aparecen los Charyapada, poemas escritos por monjes budistas en la lengua que constituye el antecedente del bengalí, el asamés y el oriya.
Nos cuenta Subhro:
Intento pensar lo que podría
haber sido, lo que se ve y diferencia entre los dos, lo visto y lo imaginado.
Me pregunto ¿qué es mentira? me llega una respuesta, es la verdad imaginada.
¿la poesía? es quizás la línea de imaginación que pasa por lo árido y distingue
entre lo posible y la posibilidad.
¿Cómo se define lo imaginado?
¿Cómo se distingue una verdad ignota ante una verdad ya establecida? Estas son
las preguntas que tal vez tenía Haraprasad Shastri, un experto de los textos
antiguos de la India cuando vio por primera vez los primerísimos textos
escritos en bengalí, en asamés y en oriya en el año 1907 en la Biblioteca Real
de Nepal. No sabía realmente lo que eran,
no sabía ni siquiera de qué se trataba o en qué lengua fueron escritos esos
textos. Luego, después de casi una década de investigación, Shastri publicó un
conjunto de dos manuscritos encontrados en Nepal bajo el título Cantos y salmos budistas escritos en el
bengalí de hace mil años, con un prólogo que luego nos serviría de un
enciclopedia sobre la literatura en el este de India.
En el prólogo, Shastri empezó a
hablar de una mentira que fue verdad durante muchos siglos. Una mentira que
decía que el bengalí es una lengua de expresión oral, que para escribir está el
inglés o que el bengalí no tiene historia –es apenas una imitación del
sánscrito o una traducción del inglés–. Un libro de historia de la literatura
bengalí, en aquel entonces, hablaba un poco de la literatura de los vaishnavas y nada más. El descubrimiento
de Shastri situó al bengalí entre las otras lenguas modernas de la familia
indo-europea.
¿Qué es este libro? El
manuscrito encontrado se titulaba charyacharyavinishchaya
o charyapada; entre los hablantes
de bengalí es conocido como charyapada. En términos contemporáneos lo podríamos
describir como una antología de poesía que comprende varios poemas escritos por
varios poetas entre el siglo X y el siglo XII. La lengua es básicamente bengalí
antiguo con algunos rasgos que la conecta con el asamés (hablado en el estado
Assam en el este de India) y oriya
(hablado en Odisha, en la costa oriental de la península india).
¿Qué hay en este libro? Como
dice su nombre, son cantos y salmos budistas, escritos por monjes budistas.
Pero lo interesante de este libro es la profundidad poética. No contiene ningún
consejo, ni religioso ni filosófico, sino que habla de la experiencia del
camino del monje-poeta hacia lo filosófico, las dudas existenciales,
filosóficas; y sobre todo una descripción poética de su época. Pero todo fue
escrito en una lengua obscura que se llama sondhabhasha
que literalmente significa la lengua de la tarde o sea una lengua oscura y
también significa una lengua simbólica, una lengua que tiene el misterio del
atardecer.
El primer poema, escrito por
Luipada, dice:
El cuerpo es un árbol que tiene
cinco ramas
en la mente inquieta entra el
tiempo
hay que ser rígido para
comprender la gran felicidad
Lui dice que hables con el gurú
qué hacer con las maneras de
vivir
en ellas está la muerte entre el
movimiento de la felicidad a la tristeza…
Son versos escritos por monjes y
para monjes pero lo más importante es el idioma. Gautam Buddha siempre quería
que se escribieran sus dichos en prácrito, la lengua hablada en las calles, no
en el sánscrito que era la lengua de la élite. Luego, durante un viaje de 800
años, el prácrito se evolucionó en las lenguas modernas de la India. Los
monjes,a pesar de querer escribir algo simbólico, respetaron la norma básica
del budismo: dar acceso lo escrito a la gente, a los futuros monjes que venían
de las diferentes castas del hinduismo (desde
el principio sánscrito era la lengua de
las castas más altas). Estos versos nos abren ante la posibilidad infinita de
las lenguas modernas del norte del subcontinente.
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