El ghazal y Ghalib

Poemas de Amir Khusrao, el poeta, músico y filósofo Sufí que introdujo el ghazal en la India.

Cada sociedad y época tienen una visión sobre la poesía y un estilo métrico favorito. El ghazal era el tipo de versificación de la poesía musulmana más popular en época de Ghalib, y aún lo es hoy en día. Originario de la poesía árabe, pasó al persa y de allí, como es natural dada la enorme influencia de esta lengua en la India, al urdu. Los poemas más famosos de Ghalib están escritos en esta forma.

El ghazal consiste en una serie de pareados, normalmente de 5 a 12. No hay reglas estrictas sobre su longitud, lo cual es excepcional, ya que todas las demás características de esta estrofa siguen unas normas. El primer pareado rima (AA), mientras que los demás no riman, pero las últimas palabras del segundo verso de cada pareado han de ser idénticas a las del segundo verso del primer pareado (BA, CA, etc). Hay dos tipos de rima dentro de ésta: una "rima auténtica", digamos, una palabra que rima en ambos versos, y una "rima final" o "refrán", que son las palabras que siguen a la rima y que se repiten en todos los segundos versos. En el último pareado tiene que aparecer el takhallu, o firma, es decir, el pseudónimo del poeta - en este caso, "Ghalib".

Esta unión formal contrasta con una total disparidad de contenido. El ghazal no tiene que desarrollar un mismo tema de principio a fin en los pareados, aunque los hay que hacen esto, sino que muy al contrario, se prefiere que cada pareado tenga una unidad temática independiente del resto. Esto se debe a que la poesía de influencia árabe no se escribe, sino que se dice. Los poetas se reúnen en una sala presidida por el anfitrión, normalmente un aristócrata o el mismísimo rey, y componen su estilo de poesía ante él, o bien éste les dicta las normas a seguir (la métrica, la rima y refrán a incorporar en cada pareado), y los poetas van componiendo sobre la marcha atendiendo al estado de ánimo de su audiencia, en una especie de concurso. En este contexto, convenía variar el tema según la respuesta del público. Estas reuniones o musha'ira los poetas eran alabados o criticados abiertamente por su audiencia y otros poetas. Era el entretenimiento favorito entre la aristocracia de la época. Hoy en día también se hace entre los amantes de la poesía en urdu y a veces en hindi. La parte favorita del público es cuando ya están muy animados, cuando ya se saben el refrán y empiezan a repetirlo, o bien a la vez que lo dice el poeta, o bien a continuación, para mostrar su aprobación y satisfacción. 

Os dejo un clip de un episodio de la serie sobre Mirza Ghalib, cuyo guión escribió el poeta Gulzar, producida por la televisión pública india (Doordarshan) en 1988, para que podáis apreciar lo que es una musha'ira, con poesía de Ghalib en el original (atención al hombre con el sombrero negro de cono): 


Este es el poema recitado por Ghalib en el vídeo (ghazal 178):

A cada palabra que digo, me replicas con un "¿Qué eres tú?"
Dímelo tú; ¿acaso es esa forma de hablarme?

Lo que fluye por mis venas no es nada para mí
Sólo las lágrimas que fluyen por amor son mi sangre

El amor es, con diferencia, el tema favorito del ghazal. El amor en la sociedad india de la época estaba completamente regulado, y aún hoy en día lo está. La familia elegía a la persona que debías amar y cuidar el resto de tu vida bajo una lógica aplastante en la que el estatus social, la religión y cultura comunes y las alianzas económicas, así como el posterior apoyo de la red familiar ahora unida, se consideraban más que suficientes para "crear" el amor entre marido y mujer. Enamorarse era subversivo. Además, la sociedad musulmana con su sistema de la purdah (cortina) que segregaba ambos sexos dificultaba aún más que los tabúes sociales el amor. En esta sociedad, al igual que en la Europa medieval, el tema del amor primaba a pesar de todo, o quizá precisamente gracias a todo, como un ideal colectivo. La poesía era la forma más hermosa de dar salida al instinto humano de amar, y la poesía urdu lo hacía de forma sofisticada, con símbolos y referencias a historias del Corán que es necesario conocer para entender todo su significado.

Además, al igual que la poesía mística medieval europea, el amor retratado en la poesía musulmana no tenía por qué ser terrenal, aunque hiciera uso de un vocabulario nos hiciera pensar precisamente eso, sino que podía leerse como amor hacia Dios, o incluso, hacia algún elevado ideal con el que los poetas estuvieran comprometidos sinceramente. Nos puede parecer que los versos tratan de un amor apasionado e ilícito entre un hombre y una mujer, y al mismo tiempo poder leerse en otro nivel como el amor del devoto creyente hacia Dios, retratado, por mucho que nos cueste imaginarlo, como una hermosa mujer de cabellos largos negrísimos. Ralph Russell, editor de las cartas de Ghalib en inglés y traductor de su poesía, nos lo explica: "La lógica de esta situación es la siguiente: el punto de partida [del amante místico] es el anhelo de su alma por Dios, un anhelo que tiene tan poco de racional como la involuntaria y potente atracción que siente uno por la persona amada". También nos recuerda la corta distancia entre amor y devoción: "Las metáforas habituales que se usan para describir a la persona amada son apropiadas también para la divinidad amada. Ella busca atarle [al amante/devoto] para siempre en su amor hacia ella...Sus largas trenzas son las cadenas con las que le ata; sus miradas son flechas, sus pestañas dagas que atraviesan el corazón de su amante. En sus momentos más crueles, ella es su verdugo, y él con gusto baja la cabeza para recibir el golpe de su espada." La duplicidad o multiplicidad de significados de los versos era otra razón más que tenía el público para disfrutar de la poesía, de su ambigüedad y de la ejecución de dicha ambigüedad.

Ghalib trabajaba con todas estas convenciones. Sin embargo, su cinismo le permitía componer desde una perspectiva irónica, reflexiva y crítica que es reconocible como el tono propio de Ghalib. Su propia falta de ortodoxia le hacía, además, un perfecto creador de ghazal, ya que el místico devoto vive su religión de una manera muy diferente que el creyente ortodoxo o que el fundamentalista islámico. El místico sólo busca el amor de Dios y sólo se guía por él, haciendo caso omiso de cualquier otra autoridad que no sea su conexión íntima con la divinidad. Ghalib no escribe desde esta perspectiva enteramente por convención, sino por convicción. Por ejemplo, dice, en este ghazal (232), uno de sus mejores piezas:

¿Que si respeto la abstinencia? Ni aunque fuera sincera -
Tras ella se halla la inmadura avaricia por la recompensa.

Según la tradición musulmana, la recompensa a los virtuosos es que beban todo el vino que quieran en el paraíso, rodeados de hermosas mujeres. A Ghalib, que no tiene ni pizca de ascético, comportarse de forma virtuosa en vida para disfrutar en el Paraíso de lo que aquí se considera pecado, es pura hipocresía, y no tiene reparos en decirlo. El ghazal continua en el tono más representativo de Ghalib, con una fuerte autocrítica y sentido del humor:

Déjame allí junto al pozo, antes de la Kaaba, ¿para qué voy a rodearla?
Mi vestido está empapado de vino.

¿Quién no ha oído hablar de Ghalib?
Tiene fama de buen poeta; pero tiene aún más mala fama.

Para concluir, os dejo el que es mi ghazal de Ghalib favorito, pues nos muestra todo el potencial expresivo del ghazal. En este poema podemos apreciar la unión formal, la independencia de cada pareado y la evolución y cambios de tono que Ghalib introduce, nos imaginamos que según se iba caldeando el ánimo de la audiencia. Leyéndolo nos podemos figurar las estudiadas pausas antes del refrán, los ecos repitiéndola con entusiasmo, los gritos de wah, wah con los que los indios aprecian aquello que admiran. El tono arrogante del poema se eleva hasta llegar a cimas ridículas en el cuarto pareado, para cambiar a un ego herido en el quinto y sexto. Ghalib expresa la complejidad de su carácter, llevando la atención a los puntos sobre los que es más criticado para satisfacer la curiosidad y morbosidad de su público, para terminar, como es su costumbre, con una referencia humorística sobre sí mismo. En definitiva, una delicia.

El mundo es un patio de niños jugando ante mí -
Noche y día una comedia se va desarrollando ante mí.

El trono volador de Salomón es un juguete en mi opinión -
Los milagros del Mesías son simples palabras ante mí.

No veo que el universo sea meramente un nombre -
La realidad no es más que una ilusión ante mí.

El desierto se esconde entre la arena frente a mí -
El mar se inclina hasta besar la arena ante mí.

No preguntes por mi condición desde que me abandonaste -
observa cómo es tu expresión cuando estás ante mí.

Es cierto, soy narcisista y arrogante. ¿Por qué no? -
Como un espejo de plata pulida estás sentada ante mí.

Pues mira cómo florecen palabras en mi boca -
al colocar un jarrón de vino ante mí.

Me creen irritado cuando en verdad estoy celoso -
¿Cómo decir que no la nombren ante mí?

Mi fe detiene mis pasos; la idolatría me tienta -
la Ka'ba queda a mi espalda; la iglesia, ante mí.

Soy un amante, mi arte es seducir a enamoradas -
Incluso Laila habla mal de Majnum ante mí.*

No se muere de felicidad al estar juntos así como así -
Lo que anhelé en la noche solitaria volvió ante mí.

Se condensa un mar de sangre agitado - ah, ¡si se quedara así!
Veremos qué trae el Destino ahora ante mí.

Las manos no se mueven ya, pero aún queda ánimo en la mirada -
Pon ahora otro vaso de vino ante mí.

Él es mi compañero, mi camarada y mi confidente -
¿Cómo te atreves a criticar a Ghalib? Sobre todo ¡ante mí!


* Laila y Majnum son, para entendernos, la Julieta y el Romeo de la tradición musulmana.

Comentarios

Entradas populares